Música para correr 2014

Para quienes corren con música la rutina es más o menos parecida: eligen sus canciones favoritas, las cargan en su reproductor y se largan a trotar. Asunto que no es ningún pecado, por cierto. “Lo que genera la música, guardando un poco las proporciones, porque no es lo mismo, es parecido con el placer sexual. Genera una reacción vegetativa en el sistema límbico del cerebro que desencadena respuestas emocionales que son positivas”, dice Rodrigo Vilches, profesor de spinning del Balthus, quien lleva años trabajando con música en sus rutinas de ejercicios.

Vilches va más allá y explica: “Lo que digo es que, si un pasaje de música genera una reacción emotiva positiva, esto activa grupos musculares que están asociados a la acción mecánica de correr”.

El experto en estudios sobre la influencia de la música en el deporte de Brunel University London, Costas Karageorghis, quien ha estudiado el tema por más de diez años con su equipo de trabajo, aporta: “Para el corredor medio, hace que la experiencia sea más placentera. Cuando se usa con prudencia, la música puede elevar los niveles de rendimiento y mejorar el estado de ánimo. Reduce la percepción de esfuerzo en hasta un 12 por ciento y es capaz de extender la resistencia voluntaria hasta en un 15 por ciento”, sostiene.

Otros aspectos a tener en cuenta sobre la música y el running tienen que ver con el significado que tengan las canciones para el corredor. “No se debe poner, por ejemplo, canciones desconocidas. Idealmente, hay que seleccionar piezas relacionadas con momentos de perseverancia o que signifiquen algo personal marcado por el esfuerzo. El volumen no tiene que ser demasiado alto, pues debe ir conectado también con lo que se está haciendo”, explica Rodrigo Cauas, sicólogo deportivo de D+.

La música, en todo caso, también puede tener efectos negativos para los corredores. “Si se ejercita a una intensidad muy alta, la música puede amortiguar el dolor en un grado tal que el corredor puede, potencialmente, dañarse a sí mismo a través de una lesión”, dice Costas Karageorghis. El especialista agrega que en los corredores con un estilo atencional asociativo, es decir, que tienden a concentrarse en su interior (regulación de procesos corporales), la música puede ser una distracción no deseada. Otro riesgo importante para los runners aficionados es que, al escuchar música a un volumen alto mientras corren por veredas o calles, se arriesgan a no oír el tráfico.

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