Luis Bustos: el carabinero que detuvo a su capitán

Cerca de las 14.30 horas de este jueves, el sargento Luis Bustos Cabrera recibió una copia de la investigación sumaria que se realiza en su contra y que recomienda su baja en las filas de Carabineros “por mala conducta”. El documento, que representa siete meses de pesquisas, se centra básicamente en lo que ocurrió la madrugada del 2 de febrero de este año en una callecita de la comuna de Arauco.

Aquella noche al sargento Bustos le tocó realizar un procedimiento que no aparece en ningún manual institucional: detener a un superior jerárquico que pertenece a la misma comisaría que él, por cometer una falta grave. En este caso, conducir en estado de ebriedad.

Producto de este procedimiento, el capitán Alejandro Sáez Ortiz, el oficial detenido, fue expulsado de Carabineros. Lo que resulta más o menos entendible con solo ver el video de la detención que grabó un ciudadano de a pie. En él se ve a Sáez resistiéndose al arresto y preguntándole a Bustos “cuánto querís”, entre otras cosas. Lo que no se entiende tan bien es el procesamiento de Bustos. Ni siquiera el propio Bustos lo entiende.

“Los funcionarios de calle saben que el procedimiento estuvo bien adoptado”, dice Bustos. “Los funcionarios que me conoce saben que está bien. Si usted pregunta en la fiscalía o en los juzgados de garantía cuántos detenidos he efectuado por conducción en estado de ebriedad, no tengo ningún reclamo por detención arbitraria o irregular. Ninguna. Y no estoy hablando de uno o dos, sino de 100 o más detenciones”.

“Yo soy de la idea de que actué bien y siempre he tenido la frente en alto. Yo estoy a cargo de personal, soy sargento graduado, egresé de la Escuela de Suboficiales con máxima distinción. Llevo 19 años y diez meses de servicio y el año pasado tuve la mejor labor individual de la comisaría, que está compuesta por más de 80 funcionarios. La mejor labor en detenidos, en denuncias, en todo. Donde he trabajado, me he caracterizado por hacer más allá de lo que me corresponde. Así que si usted me pregunta, yo hice lo mejor que pude en el momento que lo hice y no tengo más que agregar. Yo hago mi trabajo, nada más ni nada menos. Hago lo que me corresponde por obligación hacer. Y más que eso”.

Bustos aclara que por reglamento no puede referirse a lo que ocurrió aquel 2 de febrero porque forma parte del sumario, pero sí de lo que ha vivido después. Que es una pesadilla.

“Si usted me pregunta cómo estoy, no estoy para nada bien”, dice. “Mi familia ha sufrido mucho porque son civiles. No entienden las reglamentaciones, en este caso las injusticias, y no entienden muchos de los deberes y reglamentaciones a las que estamos sometidos en nuestro trabajo. Es un tema bien complicado porque tu señora absorbe todos esos nervios, todos esas cosas negativas”.

“Pero yo le puedo decir una cosa: la verdad siempre se antepone a la mentira y la verdad siempre va a salir a flote. Y en ese sentido estoy muy tranquilo, porque yo sé que hice lo que tenía que hacer en el momento que lo hice”.

“Yo soy un amante de la institución. Soy hijo de carabinero, nieto de carabinero y mis hermanos son policías. Soy carabinero de corazón. Pero la verdad es que no he tenido ningún acercamiento o ayuda de algún tipo de mi institución. Estoy sentido, por decirlo de alguna manera. De mis compañeros no. Con los que he servido y trabajado, los funcionarios, me han dado apoyo y fuerza.

-¿De los oficiales también?

-Ja (es una risa cansada y sarcástica). No me voy a referir a ese tema.

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