¿Qué hacer si encontró una moneda valiosa?
Póngase en el afortunado caso que revisando en sus bolsillos, trajinando en el fondo de la cartera o hurgando en el tarro en que junta dinero para las vacaciones, se encuentra con la moneda más buscada del último tiempo. Esa de 500 pesos cuya rareza es tener impreso el año 2000 por cara y sello.
Se acuñaron apenas 80 de esa primera partida de monedas que se habían destinado para convertirse en muestras que tendrían los bancos, por lo que encontrar una de aquellas en circulación es como hallar un pequeño tesoro por el que los coleccionistas han llegado a pagar 250 mil pesos, aunque podrían pagar hasta 300 mil.
Pero, ¿sabe qué hacer con esa valiosa moneda si se la encuentra?
Cuenta Gamalier Varela, de Numismatica.cl, que lo primero que hace un coleccionista que se precie de tal es verificar el estado. “El catálogo Krause es algo así como la biblia del coleccionista. Se edita una vez al año y clasifica las monedas del mundo de acuerdo a cuatro grados: Sin Circular , que es la moneda que un coleccionista guarda apenas sale. Y, dependiendo de rayas, peladuras, limpieza de grabados, etc, en Extremely Fine , que son las que están como nuevas, Very Fine y Fine ”, explica. Todo pequeño defecto, por cierto, repercute en el precio que un coleccionista terminará ofreciendo.
Dicho lo anterior, ni se le vaya a ocurrir sacarle brillo a la moneda ocupando algún limpia metales como el archifamoso Brasso.
“¡Qué pecado más grande!”, exclama Varela. “Lo que hace el Brasso es pulir la moneda, por lo que acelera su desgaste. Además, deja líneas y poros. Los coleccionistas lo notan al tiro porque algunos las miran bajo un microscopio”, explica.
El coleccionista Cristian García Campo sí conoce de una solución para que, al menos, las monedas se vean presentables. “Se pueden limpiar con agua destilada y jabón neutro. No con agua de la llave, porque esa contiene cloro y pone verdes algunos metales”, advierte. “A mí, en cualquier caso, no me gustan lavadas. Así es que yo aconsejo que la dejen tal como está, y el coleccionista evalúe. Que la guarden y ni la miren, jajá”, dice.
Con la moneda en la mano, viene el proceso de venta. García Campo recomienda, primero, contactar a algún coleccionista que oriente con el precio.
Luego, tomar una foto por ambos lados, lo más nítida posible, y subirla a sitios como Mercado Libre.
Gamalier Varela recomienda contactar a la Asociación Numismática de Chile ( anuchanuch@gmail.com). “Una vez al mes los integrantes realizan un remate de monedas. El interesado las puede dejar allí. Lo otro, en el sitio de subastas eBay.com abundan los coleccionistas extranjeros de monedas. Los que pagan más”, dice.
Se acuñaron apenas 80 de esa primera partida de monedas que se habían destinado para convertirse en muestras que tendrían los bancos, por lo que encontrar una de aquellas en circulación es como hallar un pequeño tesoro por el que los coleccionistas han llegado a pagar 250 mil pesos, aunque podrían pagar hasta 300 mil.
Pero, ¿sabe qué hacer con esa valiosa moneda si se la encuentra?
Cuenta Gamalier Varela, de Numismatica.cl, que lo primero que hace un coleccionista que se precie de tal es verificar el estado. “El catálogo Krause es algo así como la biblia del coleccionista. Se edita una vez al año y clasifica las monedas del mundo de acuerdo a cuatro grados: Sin Circular , que es la moneda que un coleccionista guarda apenas sale. Y, dependiendo de rayas, peladuras, limpieza de grabados, etc, en Extremely Fine , que son las que están como nuevas, Very Fine y Fine ”, explica. Todo pequeño defecto, por cierto, repercute en el precio que un coleccionista terminará ofreciendo.
Dicho lo anterior, ni se le vaya a ocurrir sacarle brillo a la moneda ocupando algún limpia metales como el archifamoso Brasso.
“¡Qué pecado más grande!”, exclama Varela. “Lo que hace el Brasso es pulir la moneda, por lo que acelera su desgaste. Además, deja líneas y poros. Los coleccionistas lo notan al tiro porque algunos las miran bajo un microscopio”, explica.
El coleccionista Cristian García Campo sí conoce de una solución para que, al menos, las monedas se vean presentables. “Se pueden limpiar con agua destilada y jabón neutro. No con agua de la llave, porque esa contiene cloro y pone verdes algunos metales”, advierte. “A mí, en cualquier caso, no me gustan lavadas. Así es que yo aconsejo que la dejen tal como está, y el coleccionista evalúe. Que la guarden y ni la miren, jajá”, dice.
Con la moneda en la mano, viene el proceso de venta. García Campo recomienda, primero, contactar a algún coleccionista que oriente con el precio.
Luego, tomar una foto por ambos lados, lo más nítida posible, y subirla a sitios como Mercado Libre.
Gamalier Varela recomienda contactar a la Asociación Numismática de Chile ( anuchanuch@gmail.com). “Una vez al mes los integrantes realizan un remate de monedas. El interesado las puede dejar allí. Lo otro, en el sitio de subastas eBay.com abundan los coleccionistas extranjeros de monedas. Los que pagan más”, dice.

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