Nuevos cráteres en Siberia asombran a los científicos
Como si no bastara el hallazgo de un cráter gigantesco en las planicies de Siberia, Rusia, que en su momento fue calificado como “el cráter del fin del mundo”, ahora pastores de la zona detectaron la formación de dos nuevos grandes agujeros, según reportan medios como “Siberian Times” y RT.
El primer cráter apareció a menos de 30 kilómetros de un poblado obrero de la industria petrolera y del gas; el segundo fue hallado a 90 kilómetros del pueblo Antipayuta, donde viven unas 3 mil personas. No existen garantías de que el siguiente no surja en alguna zona habitada. “Es algo nuevo, de verdad frustrante”, confiesa a la revista “Ogoniok” la investigadora Marina Leibman, de la Academia de Ciencias de Rusia. Según Marina, por el momento los investigadores conocen 3 o 4 cráteres similares relativamente cerca unos de otros. “En cuanto entendamos en qué condiciones suceden las explosiones podremos hacer un mapa de los lugares potencialmente peligrosos”, afirma. El segundo embudo es un cono perfectamente formado, declararon lugareños, desconcertados. Su profundidad se estima entre 60 y 100 metros y su diámetro, más de cuatro metros. El tercero está en la Península de Taymyr, región de Kransoyark.
Las teorías científicas van desde caída de meteoritos y misiles extraviados hasta un cóctel explosivo de metano. La que se impone es la del derretimiento del permafrost (capa de hielo que existe en el suelo de las regiones más frías de Siberia) debido al cambio climático. Eso causaría una liberación de gas metano, que a su vez lleva a una erupción.
El primer cráter apareció a menos de 30 kilómetros de un poblado obrero de la industria petrolera y del gas; el segundo fue hallado a 90 kilómetros del pueblo Antipayuta, donde viven unas 3 mil personas. No existen garantías de que el siguiente no surja en alguna zona habitada. “Es algo nuevo, de verdad frustrante”, confiesa a la revista “Ogoniok” la investigadora Marina Leibman, de la Academia de Ciencias de Rusia. Según Marina, por el momento los investigadores conocen 3 o 4 cráteres similares relativamente cerca unos de otros. “En cuanto entendamos en qué condiciones suceden las explosiones podremos hacer un mapa de los lugares potencialmente peligrosos”, afirma. El segundo embudo es un cono perfectamente formado, declararon lugareños, desconcertados. Su profundidad se estima entre 60 y 100 metros y su diámetro, más de cuatro metros. El tercero está en la Península de Taymyr, región de Kransoyark.
Las teorías científicas van desde caída de meteoritos y misiles extraviados hasta un cóctel explosivo de metano. La que se impone es la del derretimiento del permafrost (capa de hielo que existe en el suelo de las regiones más frías de Siberia) debido al cambio climático. Eso causaría una liberación de gas metano, que a su vez lleva a una erupción.

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