¿Por qué duelen los huesos cuando va a llover?

Hace unas semanas los comentaristas de las redes sociales casi se comen viva a la fauna meteorológica chilena, por anunciar un terrible frente de mal tiempo que, a fin de cuentas, lo único que trajo fue una invasión de santiaguinos paseándose con paraguas bajo un despejado cielo. Quizás, en vez de confiar en los meteorólogos televisivos, debemos preguntarle a la señora Marcela.

Con 73 años, Marcela Álvarez sufre una artritis hace décadas pero, pese a los dolores, no le disminuye el buen humor. “Ahora se ríen cuando digo que va a llover porque me duelen los huesos” dice la abuela, “aparte que como me duele casi siempre, pero no siempre llueve, ya no le achunto. Pero antes, cuando empecé con problemas, sí me pasaba que me dolían las manos y llovía”, aclara, añorando su habilidad meteoróloga.

No es la única. Incluso Monica Seles, ex número 1 del tenis femenino, confesó en la revista “Sports Illustrated” que una cicatriz, producto de un artero ataque con un cuchillo en su espalda durante un torneo en Alemania, “me hace cosquillas antes de llover”.

El mito es cierto: la ciencia las respalda a ambas. Un estudio realizado por el profesor Robert Jamison en el Centro de Manejo del Dolor del Hospital de Mujeres de Boston, reveló que las consultas aumentaban cuando el clima era húmedo y frío, en comparación a días cálidos y con sol. Se encuestó a 557 personas: dos tercios sufrían dolores cuando cambiaba el clima y la mayoría dijo que podía sentir los cambios incluso antes de que comenzara una tormenta.

“Esto no es un mito ni alucinaciones de los pacientes. Es real”, dice Javad Parvizi, cirujano ortopédico y director de investigación del Instituto Rothman. “Cuando la presión del ambiente cambia, tanto el fluido dentro de la articulación como la presión dentro de la misma fluctúa con el ambiente”, explica en su estudio sobre relación entre el clima y el dolor en las articulaciones de pacientes con artritis.

“Está demostrado que a menor presión aumentan los dolores de rodilla”, añade a LUN Mauricio Sobarzo, kinesiólogo de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación de Clínica Bicentenario. ¿Cualquier rodilla? Nones. “Tienes que tener una condición basal, como pacientes con artrosis o problemas de lesiones del cartílago de la rodilla o del hombro, ya que son más sensibles a los dolores debido a que la presión atmosférica provoca cambios en la presión intraarticular”, dice Sobarzo, agregando que “incluso es sensible a los cambios de presiones en un avión, por ejemplo”

No todos pueden: ¿Por qué solo en pacientes con artrosis y patologías similares? Sobarzo aclara que “esas condiciones de ciertos pacientes hacen más sensibles a los terminales de dolor. La artrosis, por ejemplo, es un desgaste prematuro del cartílago de la articulación, lo que deja más expuesto a todos los sensores de la rodilla”, siendo, en el caso de la presión atmosférica, los llamados barorreceptores. Y explica que “el cuerpo tiene un sistema sensitivo que se divide en varias áreas. Unos son sensitivos al dolor provocado por el calor y otros por la presión, que son los barorreceptores, que miden la presión articular, atmosférica, lo que sea que genere presión. Si los estimulas, van a provocar una reacción, que puede ser incomodidad y dolor si tienes ciertas condiciones como la artrosis”.

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