Así fue la selfie fatal

Una joven en su vehículo escucha la canción más optimista de los últimos tiempos: “Happy”, de Pharrell Williams. Todo bien, pero ¿es necesario que publique en Facebook su sensación de felicidad? Ella cree que sí y comete el peor error del automovilista moderno: manipular el teléfono inteligente mientras conduce. Al minuto siguiente está muerta.

Lamentablemente esto no forma parte del guión de una teleserie, sino que es un caso más de la vida real. Courtney Ann Sanford tenía 32 años y conducía en la carretera de la ciudad estadounidense de High Point, Carolina del Norte, la mañana del 24 de abril. Mientras escuchaba el pegajoso tema antes mencionado se le ocurrió tomarse unas selfies y describir por Facebook su estado de ánimo. “The happy song makes me HAPPY!” (“La canción Happy me hace FELIZ!”), publicó exactamente a las 8.33. A las 8.34, los servicios de emergencia del departamento de Policía de la ciudad recibieron una llamada alertando sobre un accidente de tránsito. Era ella.

“En cuestión de segundos una vida se acabó solo por poder notificar a sus amigos que era feliz”, comentó un portavoz de la Policía.

Los expertos confirmaron que el vehículo de Courtney se pasó al carril contrario, chocó contra un camión y se incendió casi de inmediato. La joven murió en el lugar. El conductor del camión salió ileso. Las autoridades creen que ella viajaba a unos 72 km/h en el momento del accidente. El “Daily Mail” añadió que iba manejando sola. No se encontraron restos de alcohol ni de drogas en su organismo, pero no llevaba el cinturón de seguridad debidamente ajustado.

“Es muy grave”

En EE.UU. 35 estados han prohibido el envío de mensajes de texto mientras se conduce.

En Chile, Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos del Automóvil Club y experto en el tema, dice que en nuestro país la tasa de siniestralidad con resultado de muerte “por ir jugando con un teléfono inteligente” (resalta la frase) ya está en el tercer lugar con el 15 por ciento, muy cerca del 20% por consumo de alcohol. La primera sigue siendo el exceso de velocidad, con un 40%.

“Hace dos o tres años el problema en Chile era que la gente conversaba por celular; hoy es lo que menos hace. Hay 8 millones de teléfonos inteligentes con aplicaciones de Twitter, Facebook, Instagram, cámaras y videos, por lo que su uso ya no solo convierte al protagonista en un conductor distraído, sino en un conductor técnicamente ciego”, afirma. Lo anterior se complica si el conductor no mantiene una distancia razonable y prudente con el vehículo de adelante y encima excede la velocidad máxima permitida en 20 kilómetros por hora, dos usuales defectos del manejo en carreteras.

“El uso de teléfonos inteligentes es el comportamiento más destructivo en nuesto sistema vial”, sostiene, y añade que dentro de esos hábitos, el de tomarse selfies es mucho más común de lo que se piensa, y aún más entre los jóvenes, pues “parece haber una correlación directa entre juventud y teléfono inteligente”.

-Un consejo, en dos palabras.

-Motor encendido, celular apagado.

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