Robo en la casa de Claudio Bravo

Catalina Meszaros, estudiante de medicina, de 23 años, mira hacia el frente de su casa y no cree lo que pasó. “No escuché ni vi nada”, dice la muchacha sobre el robo que sufrió la casa de su vecino y capitán de la Selección, Claudio Bravo Muñoz.

El delito quedó al descubierto en la mañana de ayer, luego de que carabineros de Viluco se hiciera cargo del procedimiento por una denuncia interpuesta por familiares del portero.

El robo ocurrió en torno de las tres de la mañana, de acuerdo con las primeras indagaciones. Las especies sustraídas corresponderían, exclusivamente, a vinos de alto valor que el deportista mantenía en la casona.

“No es frecuente que haya robos por acá. El problema es que esa vivienda pasa sola todo el día, aunque parece que hay un cuidador”, agregó Meszaros.

El arquero de la Real Sociedad de España manifestó toda su molestia a través de las redes sociales. Al principio, sus mensajes fueron virulentos, pero al final de la tarde había borrado la mayoría.

“Que rabia e impotencia saber que han entrado a mi casa a robar. Por suerte no estaba mi familia ahí”, escribió el arquero formado en Colo Colo.

La residencia de Bravo se halla a la altura del 3.000 en el camino Maipo-Viluco. Se trata de una casa estilo Georgia, equipada con faroles, cámaras y citófono, aparte de una verdadera jauría entre perros de raza y quiltros adoptados por la familia.

Un muro, de unos cuatro metros deslinda la propiedad, donde destaca un pesado portón de fierro negro, que no permite filtrar ni una mirada hacia el interior. Bravo resaltó la labor de sus mastines en la custodia de sus bienes. “Que campeones mis perros que defendieron a muerte nuestro hogar”, fue el homenaje que el jugador les brindó en su Facebook.

Anoche, efectivamente, al tocar la puerta del recinto, por única respuesta se recibía una retahíla de ladridos en tonos bajos y agudos.

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