¿Por qué se confunde su izquierda con su derecha?

El 15% de la población tiene ese pequeño problema que puede hacerlo ir para el otro lado.

Sofía Pradenas es enfermera del Cesfam Cardenal Caro, en La Serena. Desde sus principios la vida la enfrentó a situaciones como la siguiente: “Cuando me dicen ‘Fulanito de tal tiene una vía intravenosa en el brazo derecho’, para saber cuál es su derecha, tengo que darme vuelta y colocarme en la misma posición que está el paciente”.

Son esos detalles los que marcan la vida de aquellos adultos que, como niños, tienen problemas para diferenciar la mano derecha de la mano izquierda. Según un estudio John R. Clarke, profesor de cirugía de la Universidad de Drexel, en Filadelfia, Estados Unidos, se estima que el 15% de la población enfrenta algún grado de dificultad para definir la mano derecha de la izquierda.

Los expertos coinciden en que esta condición se da por problemas con la latelaridad, es decir, cuando el organismo define un hemisferio dominante en el cuerpo. Para Solange Miller, sicóloga de la Clínica Bicentenario, “la latelaridad se va aprendiendo por factores sociales, de imitación y puede haber una carga genética asociada. Cuando los niños van creciendo toman objetos con una mano y otra. Pero si la mamá es diestra, le pasa el objeto con la mano derecha y a veces el niño lo rechaza, porque alterna hasta que se le hace más cómodo con una u otra mano”.

Álex Espinoza, neurólogo de la Clínica Bicentenario, concuerda en que el aprendizaje es clave para desarrollar esta latelarización, pero ni siquiera eso es definitivo. “Hay personas que logran una latelarizacion adecuada, pero después igual tienen muchas dificultades para determinar la derecha y la izquierda”, expone.

Si usted tiene esta condición, una carrera en nado sincronizado está descartada. Pero existen tareas más simples que pueden dificultarse, como manejar. Rouxle Marais, madre de dos hijas, sufre con el tema. “es como tragicómico. El proceso mental es súper cortito. Si me dicen ‘dobla a la derecha’, no puedo hacerlo automáticamente. Me tengo que tomar esos dos segundos, ver ‘con cuál escribo’. Más encima que una es zurda”.

Sin embargo, para Alberto Escobar, gerente de Asuntos Públicos del Automóvil Club de Chile, el asunto no es tan grave. “Uno sabe que uno confunde y cada uno se va ajustando con sus tips, como la argolla, el reloj. Los alumnos no confunden la derecha e izquierda, porque cuando están en clases están nerviosos, están pensando mucho los movimientos que están haciendo. Tienen una especial preocupación en no equivocarse”.

Para Carlos Navarrete, neurólogo de la Clínica Vespucio, esta confusión también se podría deber al Síndrome de Gerstmann, que cuando está completo “no sólo tiene la confusión derecha-izquierda, sino que se compone de agnosia digital o incapacidad de designar el orden de los dedos de la mano, discalculia o problemas para resolver problemas matemáticos simples, y pérdida de la capacidad de lectura o aslexia. Y en algunos casos pérdida del reconocimiento de rostros o prosopagnosia”.

También se ha visto que existen enfermedades neurológicas que en un paciente que no tenía alteración derecha e izquierda comienza a tenerla, debido a lesiones en el lóbulo parietal. El neurólogo Carlos Navarrete agrega que “esa área tiene mucho que ver, tanto en el hombre como en la mujer, con la orientación en el espacio. El arriba/abajo, derecha/izquierda. Por eso mismo se dice que los hombres tienen más desarrollada esa área que las mujeres”.

Y aunque hay estudios que confirman una relación entre el razonamiento espacial y la confusión derecha izquierda, el año 2006 científicos de la Universidad de Göttingen, en Alemania, descubrieron que la diferencia entre ambos géneros se debe a que ellas están más dispuestas que los hombres a revelar su confusión.

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