“Meta copete, meta carrete, meta sexo”, la polera del Mago Valdivia
La profecía del mesías salvador se cumplió y nada tuvo que
ver con Navidad, sino más bien con el mejor de los reyes magos: el Mago
Valdivia. Hace años que vengo diciendo que los jugadores de nuestra Selección no han sido llamados a ella para
ser líderes conductuales ni ejemplos de vida, sino que han sido convocados para
jugar bien a la pelota. Lo que hagan en su espacio libre, no le incumbe a nadie
más que a ellos.
Y el Mago me saca una sonrisa honesta con esa polera que vestía
el jueves en la clínica donde se rehabilitaba de sus lesiones: “Este año cumplí
todas mis metas: meta copete, meta carrete, meta sexo”. En realidad no solo me
saco una sonrisa, también me sorprendió gratamente ver su desfachatez y se la
aplaudo. Después de haber sido parte del bautizo más comentado del año, de
ponerle los cuernos a su mujer en Brasil, de haber sido el marido de la que
tiene la pura cara de cuica, de agarrarse de las mechas con Borghi, aún tiene
las patas para aparecer en público con esa polera y decirle al mundo que hace
lo que quiere mientras juegue bien al futbol. Hay que ser auto confidente para
hacerla, no sé cuántos se atreverían.
Si bien sus dientes de Ungenio Gonzales nos hacen confundir
al Mago con una personaje pánfilo y poco definido sus porrazos con esa misma
dentadura y con total desparpajo, me hace creer que quizás no es tan pavo como
se ve; que en el fondo si tiene opinión y no teme manifestarla.
Más allá de si estamos o no de acuerdo con sus decisiones,
supongo que al menos debemos darle el crédito por su personalidad, talento
escaso en nuestra sociedad tímida y discreta, que se cree muy inglesa, pero que
en realidad es bastante fome y gris.
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