El tiburón más pequeño de Chile
Se veía feliz, casi tierno, chapoteando en el agua. Pero no
se fe del tamaño. Esos diez centímetros que caben en una mano van a aumentar.
Con el tiempo será un tiburón pintarrojo adulto, al que seguramente no será tan
sencillo acercarse.
Por ahora el pequeño escualo tiene un cierto parecido con
“Mandibulin”, el chillón dibujo animando televisivo de fines de los 70, que tenía
su propia banda de rock submarino. “Los Neptunos”, y repetía la apocada frase
“nadie me respeta”.
Habría que ver si su símil en la realidad sigue tan dócil en
un tiempo más, porque al momento de tomar esta fotografía, él y sus 50
hermanos, que salieron de sus huevos hace apenas dos semanas, estaban prontos a
iniciar su vida salvaje.
Un grupo de buzos los tomo desde el Laboratorio de Biología
y Conservación de Condrocitos de la Universidad de Valparaíso, hasta ayer el
hogar de estas guaguas. Los metieron a una caja de plástico y se sumergieron en
el borde costero de Montemar, en la Quinta Región.
A 15 metros de profundidad los ejemplares fueron liberados,
en el mismo lugar donde habitualmente nacen. Desde ahí nadaron velozmente en
diferentes direcciones y se perdieron de vista. Era la primera vez que estaban
en el océano, ya que cuando los sacaron eran apenas unos huevos dorados, que
popularmente se conocen como “monederos de las sirenas”.
“Trajimos los huevos mediante buceo y con la ayuda de
pescadores, para incubarlos en el laboratorio”, cuenta el biólogo marino
Francisco Concha, quien encabeza el estudio científico que realiza el centro universitario
para conocer del desarrollo embrionario de la especie. Después de cumplir su
labor de ayuda a la ciencia, los ejemplares fueron devueltos a su habitad.
“Ellos ya están capacitados para cazar su propio alimento,
generalmente crustáceos”, dice el experto, quien aclara que hoy existe muy poca
información acerca de ellos. “Viven en la zona central, incluso en la zona sur,
ponen sus huevos entre las algas”, agrega. De adultos pueden alcanzar casi un
metro de largo y pesar tres kilos, aunque eso no quita que compartan la
voracidad de sus parientes más grandes.
¿Volveremos a ver alguna vez a “Mandibulin”? Probablemente,
ya que le queda cuerda para rato. “Hay tiburones que viven hasta 70 años. Esta
especie todavía no se sabe, pero en general son longevos, no menos de 20 años”,
dice Concha.
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